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10 ideas sobre la experiencia de un espectador de cine online en Filmin

ARTÍCULO//ANÁLISIS TRAS UN MES DE SUSCRIPCIÓN.

A raíz de los debates ciudadanos que durante las Navidades hubo entorno a la Ley Sinde y la necesidad de alternativas comerciales para el visionado de cine online, se señaló desde algunas redes sociales que en España ya funcionaban varios proyectos que ofrecían servicios legales para el consumo de contenidos audiovisuales a precios competitivos.

Sin haber tampoco una amplia oferta, y aceptando que este modelo de negocio y servicios online en España aún es incierto y de alto riesgo para sus inversores, me decidí a participar activamente en una de estas propuestas. De las existentes, Filmin era la que más se ajustaba a mis necesidades como espectador, y la que desde mi punto de vista, más se esforzaba por comprender las nuevas reglas del mercado y adaptarse al público acudiendo allí donde se encontraban sus intereses.

Su propuesta comercial, única entre sus competidores, está basada precisamente en el potencial imperfecto de la distribución del cine paradójicamente menos comercial, minoritario, que tiene una vida débil, cuando no inexistente, en las salas de cine. Por eso me encuentro en el centro de su target y visto como está el patio, la mejor forma de sentirme partícipe del movimiento ciudadano que pregona la revolución digital de la cultura, era invirtiendo en ella: me hice suscriptor de Filmin.

Tras un mes como usuario y 15 películas vistas (el invierno invita a ello), estas son algunas ideas que extraigo de la experiencia:

Para revisar:

1. Sincronía entre imagen y sonido.

El principal defecto que he encontrado al servicio en estos días han sido los fallos de sincronía entre la imagen y el sonido en algunas películas conforme avanzaba la reproducción (3 de 15 películas elegidas). Es una cuestión sensible que incide directamente en el confort del espectador. Por suerte, según los técnicos de Filmin, es subsanable en poco tiempo con la recodificación de los archivos.

2. El buffer de video.

La carga de video desaparece en algunos casos al hacer pausa en una película, con lo que al retomar el visionado he vuelto al modo ‘buffering’ con la consiguiente espera. Hay un pequeño error que incluso hace reaparecer brevemente el inicio de la película antes de retomar en el punto en el que se paró. Por el mismo motivo, seleccionar un momento del film distinto al de la reproducción (para repetir una secuencia, por ejemplo) no es posible sin perder lo que se había almacenado en el buffer. La eficacia de la barra de control no está aún a la altura de YouTube, Vimeo o Megavideo.

3. ¿Streaming adaptativo?

Por variaciones de velocidad de mi conexión (6 Megas), algunas veces las películas se paraban, y a pesar de tener opcionado el modo streaming adaptativo, no conseguí determinar si la película al continuar la reproducción lo hacía disminuyendo su calidad para agilizar el proceso. Mi opinión de usuario y no de experto, es que siempre tuve la máxima calidad, para lo bueno y lo malo, por eso cuando la conexión se ralentizaba y la película se detenía, en alguna ocasión desistí de continuar viendola.

Para valorar positivamente:

4. Excelente trato y atención a los usuarios.

En este tiempo me he puesto en contacto varias veces con el equipo de Filmin, y en todas las ocasiones el trato ha sido no solo correcto, sino agradecido al señalarles algunas cuestiones que antes comentaba y con total disposición a corregirlas. Su interés está puesto desde luego en que la experiencia del usuario sea lo más satisfactoria posible. Desde su blog se anima a la participación activa de los usuarios, hay sorteos de entradas para prestrenos o recomendaciones de directores reputados. En su cuenta de Twitter se procura una relación de diálogo con quien se acerca a ellos.

5. Catálogo seleccionado y en continuo crecimiento.

A comienzos de 2011 se ofertaban 525 películas en Filmin. Un mes después, suman 580, entre las que hay obras inéditas, otras premiadas en festivales recientes y algunas que acaban de pasar por la cartelera. Se anuncian ya online algunas películas que se estrenarán poco antes en cines. Según sus previsiones, serán 1.500 películas las disponibles a finales de año.

6. Calidad de la interfaz y codificación de las películas.

Comparada con otras plataforma de cine online, el diseño de su web es intuitivo, moderno y agradable, si bien hay cuestiones que quedan por pulir (mi principal ‘pero’ es cierta confusión entre las fichas de películas que están en el catálogo con aquellas indexadas pero no disponibles, lo que provoca alguna momentánea decepción). Respecto a la calidad de imagen, y siempre que la conexión a internet sea la correcta, la compresión en SD es más que suficiente y satisfactoria para la relación habitual entre distancia del espectador a la pantalla en una sala y tamaño de la imagen. (En mi caso, 27″ de imagen y 3 metros de distancia a la pantalla). Aunque aparece especificado, no he visto aún ninguna película en HD.

Sugerencias:

7. Compatibilidad con redes sociales.

El sistema de puntuación actual de Filmin no me resulta útil, cuando en mi caso tengo todas mis películas vistas indexadas en Filmaffinity, o hay quien usa Partigi, Miso, etc.. Sería mucho más cómodo si pudiera integrarse en la interfaz de Filmin esta información ya existente o sincronizarse automáticamente.

8. Navegación en ventanas emergentes.

Actualmente, si estás en la página desde donde vas a ver una película y haces clic sobre algún enlace con información sobre el director, películas relacionadas, etc., la página donde se carga la película desaparece para dar paso a la nueva. Un sistema de ventanas emergentes donde aparezca esta información extra me resultaría más cómodo, para nunca perder la página donde se está cargando la película mientras leo la información adicional que se me ofrece. Algo así como un multitasking.

9. Catálogo por listas configurables, personales y compartibles.

Como en Spotify o en Filmaffinity. El catálogo de películas va creciendo día a día, y a menos que tengas claro qué película quieres ver o qué realizador seguir, resulta farragoso desplegar el listado de las 580 películas para poder escoger. Por otro lado, el buscador, sin existir un catálogo más universal, no termina de ser del todo útil. En Filmin existe una clasificación por listas, pero a mi modo de ver es quizás demasiado arbitraria (películas para días de lluvia, risas con amigos, etc.). Las listas configurables permitirían por ejemplo, encontrar todas las ganadoras del Festival de Cannes de los últimos años.

10. Subtitulado opcional.

Supongo que hay cuestiones técnicas y de rentabilidad que con el tiempo permitirán esta alternativa, pero me parece urgente que teniendo el cuenta el potencial del mercado catalán tanto por espectadores como por industria cinematográfica, las películas en este idioma estén disponibles también sin subtitulado en castellano para hacer el visionado más limpio y agradable.

Mi experiencia con Filmin está siendo hasta el momento muy satisfactoria, útil y ventajosa para mi bolsillo. Encuentro que el servicio aún es mejorable, pero también veo que esas mejoras se suceden cada día. De alguna manera, proyectos tan arriesgados como este sólo podrán hacerse más fuertes y sólidos con el aval y el beneplácito de los usuarios. Yo apuesto por esta vía, me parece que tiene recorrido y muchas ventajas.

Lo que no sé es si algún día será rentable, lo suficiente como para justificar las preocupaciones que en estos días nos rondan a todos por la cabeza.

¿Vosotros?

Objetivo Birmania

ARTÍCULO// MELO SE VA DE VIAJE.

Tengo un amigo, Melo, que cada año se monta unos viajes de aupa. Y además de todo eso, el tio es buen fotógrafo. Aún recuerdo una tarde en Vallecas mientras me explicaba la ‘abc’ de su cámara réflex, pero bueno, eso es otra historia.

Este año Melo se marcha a Birmania. Mañana mismo, pone rumbo a esta nueva aventura y si os gustan los blogs de viajes, el suyo os puedo asegurar que es altamente recomendable. Suyos son blogs de años anteriores como el del viaje a Nepal, el de Laos, y el de Thailandia y Camboya, donde de forma breve y concisa iba dando cuenta de sus aventuras asiáticas, salpicando sus posts de fotos de enorme sensibilidad y gusto.

En su blog de viajes, no sólo encontraréis información el trayecto, sino debida cuenta de todo el proceso de visados, recomendaciones sanitarias e información complementaria muy útil para aquellos que os gusten los viajes de mochila.

Melo, ¡¡mucha suerte!!

http://objetivobirmania.wordpress.com/

Los Gritones, de Roberto Pérez Toledo.

CORTOMETRAJE//NOTODO

A veces, notodo es la publi, ni las grandes marcas. Notodo son virales, notodo es televisión. Notodo es hablar de cine alemán. Notodo son los autores de Cahiers; notodo es Hollywood y el 3D. El mundo del corto es vasto, en ocasiones árido y siempre difícil. Pero notodo es así.

Este cortometraje de Roberto Perez Toledo me ha gustado mucho. Quién no se ha tirado a una piscina y en mitad del salto ha visto que no había agua…

Los vídeos de Vodpod ya no están disponibles.

Está a concurso en el Jameson NotodoFilmFest. Supongo que se puede votar y esas cositas.

La otra publicidad de TVE.

ARTÍCULO//EL CONCIERTO DE ALICIA KEYS.

Alicia Keys en el photocall. (Foto: EP)

Leía el martes en elpaís.com una noticia sobre los centenares de personas que se habían quedado en las puertas del Teatro Real, sin poder entrar en un concierto gratuito de Alicia Keys. Curioso y sorprendente evento promocional realizado en una sala normalmente dedicada a otros menesteres. En el artículo se mencionaba que el concierto estaba «patrocinado por TVE y BMW», lo que no dejaba de ser una combinación un tanto peculiar para la organización de un concierto de entrada libre de una cantante que por otra parte no necesita de mucha promoción solidaria, ni pertenece al sello discográfico de RTVE (su discográfica es Sony).

Ayer la noticia del concierto -no así del fallo organizativo que dejó a la gente en la calle- ocupó todo el tramo final del programa Corazón de Invierno de Anne Igartiburu, el que más audiencia congrega esperando el inicio del Telediario 1. Una cobertura extensísima y pausada, en la que tuvo especial relevancia el photocall de todos los famosos invitados, que intencionadamente no tuvieron que hacer la cola que el resto, lo que da debida cuenta del verdadero leitmotiv del evento. El photocall lo formaba un estampado uniforme y bien visible de logos, concretamente los de TVE, BMW, Nespresso y la portada del disco de Alicia Keys.

No creo que haya que leerle la cartilla a nadie. BMW, Nespresso y Sony quizás han colado un gol o quizás han liquidado así los flecos de su último contrato publicitario con la cadena de la forma más digna posible. No me siento estafado si TVE hace publicidad encubierta, a sabiendas o no. Me parece comprensible y, hasta cierto punto, poco objetable si con eso, y visto que en Bruselas comienzan a poner pegas al nuevo modelo de financiación, se consigue mantener cierto nivel de calidad e inversión en una programación saludable (y faltan muchas cosas por mejorar). No me importa ver el photocall de Alicia Keys, como tampoco debería ser un problema que TVE siga facturando como quien no quiere la cosa por toda la publicidad que nos dejarán, quieran o no, las retransmisiones de la Champions y otros eventos deportivos de interés general. Me parece que en la propia Corporación aún no saben muy bien como afrontar la imposibilidad de hacer realidad eso del «sinpubli».

Tenemos publicidad hasta en la sopa. ¿Cómo vamos a pretender que el mundo que capten las cámaras de TVE carezca de ella? Yo sería incapaz de identificarme con él.

Referencias

ARTÍCULO//CULTURA AUDIOVISUAL

Coincidiendo con la aparición de algunos artículos sobre la propiedad intelectual y el germen de la creación original en diferentes manifestaciones artísticas, traigo por la tangente y al margen de la polémica existente en internet, algunas reflexiones que me vienen respecto a la creación audiovisual en el mundo de la publicidad, industria a la que se le presupone cierto virtuosismo y capacidad creativa por encima de los estándares comunes.

La verdad es que soy joven y llevo en este mundillo relativamente poco tiempo. No puedo establecer un estado de las cosas en base a una perspectiva histórica, ni generalizar, sino más bien notar de una tendencia, que quizás no afecta a grandes marcas ni hits publicitarios, pero sí a muchos anunciantes comunes. Observo con decepción lo desolador que puede llegar a ser el panorama publicitario desde el punto de vista de la producción audiovisual, esto es, una vez la creatividad de una campaña ha sido aprobada por un cliente, y es necesaria plasmarla en imágenes y sonido para su difusión. Es el momento entonces de las referencias. Todos quieren ver referencias. A creativos, ejecutivos, directores y clientes se les para el reloj pidiendo las consabidas referencias.

Una idea para un anuncio es sólo una idea, una abstracción, materializada a lo sumo en algunas palabras sobre papel. La forma en que esa idea llega a convertirse en una creación audiovisual sigue siendo un camino creativo que continúa más allá de los conceptos, para hacerse realidad en sus valores audiovisuales: un tratamiento. El tratamiento ha de servirse, no podía ser de otra manera, de referencias. Según la RAE, una referencia, para el caso que nos ocupa, es una «base o apoyo de una comparación, de una medición o de una relación de otro tipo». Ya lo entiendo. Nuestro anuncio, como creación original puede deconstruirse previamente en multitud de valores y parámetros intrínsecamente audiovisuales y en otros tantos que lo apoyan: desde el formato de imagen, los colores predominantes, la cadencia del montaje, la ambientación musical o el estilo del vestuario. Así que las referencias deberían ser esos extractos de películas, spots o videos en general que ofrecen de forma discriminada soluciones concretas a interrogantes concretos de nuestra producción. Esa «comparación, medición o relación de otro tipo» implica la posibilidad de una distancia, un matiz o un total encontronazo entre la referencia y nuestra futura creación. La referencias no sólo sirven para encontrar, sino también para evaluar, analizar e incluso descartar opciones de raíz.

Nada más lejos de la realidad. Las exigencias y dinámicas que se apropian del proceso de producción en el audiovisual implican a personas que sufren presiones de muy diversa índole. Ese duro juego laboral de tornillos apretados convierte a unos y otros, en el lado del cliente y la agencia, en tomadores de decisiones de un trabajo creativo audiovisual para el que pueden no estar preparados a valorar en todos sus registros. Unos mediocres espectadores que – con honrosas y no pocas excepciones-, nunca han analizado críticamente una imagen, no saben descomponerla en partes fundamentales (dejemos los tecnicismos para los profesionales) ni poseen la cultura audiovisual suficiente como para desarrollar un proceso creativo maduro que desemboque en una obra audiovisual genuina y novedosa.

Por eso, y ante el miedo de no poder concebir mentalmente un resultado visual aún inexistente para sus campañas, piden muy dirigentes las dichosas referencias; lo que hoy en día se conoce en la profesión por «referencia» y por desgracia no es lo que he entendido toda la vida. Las que fui enviando en mis primeros proyectos fueron rechazadas. A todas les faltaba algún detalle. Todas convencían sólo a medias. Y eso es debido a que quienes las recibían, ante la impotencia de proyectar en el spot que íbamos a producir una suma de diferentes propuestas que dieran como resultado una nueva y original obra, toda su preocupación era dar con la referencia perfecta: aquel vídeo, aquella secuencia de tal o cual película que reuniera en su visionado prácticamente el total del tratamiento visual del anuncio. La imagen compuesta antes de rodarla. El spot antes del spot. Pura endogamia. Un fusilamiento, vamos, siempre más cercano al plagio (nunca trascendente) que a la verdadera creatividad.

Para mí, cualquier tipo de creación es el resultado de una particular reacción química entre varios ingredientes propuestos que bien formulados producen uno completamente nuevo e inesperado en sus efectos sobre los observadores. La experimentación, la intuición y el arrojo creativo son tan importante como la capacidad de aislar las concreciones de las referencias de las que se parten y recomponerlas alterando órdenes y parámetros, una cuestión sólo apta para aquellos que evalúan y valoran las obras audiovisuales con cierta rigurosidad.

Es una lástima que parte de la publicidad que vemos en televisión, castigada por el conservadurismo y la inflexibilidad de las duras dinámicas de ventas, insista en apostar sobre seguro aunque resulte menos estimulante, creyendo a la audiencia discapacitada para asumir la novedad, en vez de ser motor de cambio y generar nuevos caminos formales que luego provoquen que sean precisamente esas obras las que sirvan de ejemplo para otros proyectos.